La entrada en la universidad confronta a la mayoría de los estudiantes porque es una etapa que por sí misma invita al cambio. Es bien sabido que una de las principales dificultades que presentan las personas con TEA, es la adaptación a los cambios, siendo la flexibilidad el factor que en mayor medida condiciona la vida del adulto. Por sí mismo, el proceso de transición a la universidad tiene varios factores de estructura social y personal que se conjugan con retos específicos para las personas con Trastorno del Espectro Autista; por lo que algunas personas hallan el inicio de la vida universitaria mucho más desafiante que las etapas escolares anteriores debido a que [1]:
-Se pierden las estrategias desarrolladas en el pasado.
-La comunicación con el profesorado es más escasa o distante.
-Las perspectivas, métodos pedagógicos y formas de evaluación difieren entre docentes.
-El ambiente es menos estructurado, con escenarios menos predecibles y más competitivo.
-La retroalimentación y monitoreo personalizado es mucho menor o nulo.
- La gestión del tiempo se complica porque las actividades demandan mucha más organización y planeación debido a tiempos de entrega más prolongados.
La transición a la universidad y la posterior vida académica, son parte del inicio de la adultez en que se pone a prueba la capacidad de afrontamiento y de superación, y por eso muchas veces durante este periodo se llega al diagnóstico de Trastorno del Espectro Autista ya que la sobresaturación de estímulos sociales evidencia las dificultades propias del autismo. Eso sucede a veces, porque las exigencias sociales son más altas y frecuentes dentro y fuera del aula, y los recursos personales del autista se ven rebasados para atender la demanda académica y social que se produce dentro y fuera del contexto universitario (leer más en la vida universitaria siendo autista).
En compensación, la libertad e independencia que trae consigo la etapa universitaria aunado a un ambiente donde los intereses académicos coinciden con más personas, puede proveer un escenario mucho más grato para los autistas ya que pueden desplegar el total de su potencial intelectual sin que ello sea juzgado o criticado.
Referencias
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