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Foto del escritorLiz Montejano Fluchaire

Problemas gastrointestinales

Actualizado: 3 jul

Desde la niñez hasta la edad adulta, los trastornos gastrointestinales se encuentran entre las afecciones médicas más comunes en personas autistas. Estos padecimientos surgen de aspectos muy variados como cuestiones sensoriales al momento de comer o a niveles anormales de enzimas digestivas, pero el total de situaciones responden a un desarrollo alterado del sistema gastrointestinal que ocasiona problemas persistentes como:

  • Estreñimiento

  • Diarrea crónica

  • Dolor abdominal

  • Distención abdominal

  • Reflujo gastroesofágico

  • Náuseas

  • Intolerancia y/o sensibilidad alimentaria

  • Flatulencia crónica

  • Úlceras

80% de autistas padecen problemas gastrointestinales

Se sabe que al menos un tercio de la población autista padece algún problema de esta índole [1,2] pero las cifras apuntan que hasta un 80% de personas autistas padezcan esta situación con una frecuencia en los padecimientos de 2 a 3 veces más respecto a la población general[5]. También se ha observado una relación directa entre la intensidad del autismo con la gravedad de los trastornos gastrointestinales[3,4].

Frecuencia tres veces más

Las investigaciones apuntan a que la alta incidencia de este tipo de afecciones se debe a las alteraciones genéticas en personas con trastorno del espectro autista que también afectan el desarrollo y funcionamiento del sistema gastrointestinal [6]. Dicha disfunción provoca distintas alteraciones como el  desequilibrio en la microbiota (conjunto de microorganismos en el aparato digestivo), disfunción inmune, sensibilidad a los alimentos, deficiencias de enzimas digestivas y diferencias en el procesamiento sensorial [7].


Además, se tiene constancia de que los pacientes autistas con problemas gastrointestinales tienen una mayor reactividad al estrés que pacientes no autistas[8], lo que deriva en  síntomas gastrointestinales correlacionados con niveles más altos de cortisol post-estrés [9]. También se ha descubierto que niveles anormales de serotonina se asocian con problemas de motilidad gastrointestinal y generan diarrea y/o estreñimiento; siendo el estreñimiento el problema más recurrente en la población autista por alcanzar hasta el 85% de casos infantiles, y suele ser más aguda en personas con mayor deterioro social y una menor capacidad verbal [10].

Niña con malestar abdominal

Por eso no es raro, que los problemas gastrointestinales detonen otro tipo de trastornos del sueño, conductuales y psiquiátricos [11] especialmente de tipo ansioso. En un estudio efectuado en autistas adultos [2] se registró que el 86% de los participantes había presentado al menos un síntoma en los últimos 3 meses, el 89% presentaba problemas de sueño, el 63.5% confirmó la presencia de al menos un trastorno psicológico y el 25% otra condición médica simultánea; dichos hallazgos sugieren una carga física significativa con la que se tiene que lidiar a diario y que en consecuencia afecta la calidad de vida.


Este tipo de propensión impacta en los patrones de comportamiento y pueden generarse conductas más irritables, hiperactivas, argumentativas, de oposición, desafiantes, destructivas y de retraimiento social [10]. Estos comportamientos se perciben como inexplicables porque se manifiestan de maneras aparentemente no asociadas, pero esto puede deberse en parte a la incapacidad para comunicar eficazmente el malestar gastrointestinal mediante la verbalización o empleando gestos o posturas de incomodidad, especialmente en autistas no hablantes, alexitímicos o hiposensibles al dolor. Por eso cuando finalmente se descubre que detrás de la conducta alterada existe un problema médico es posible que para ese momento se trate de inflamaciones y padecimientos crónicos localizados desde el esófago hasta el colon e íleon terminal. 


Adicionalmente, es bastante frecuente que las personas autistas presenten problemas alimentarios, como selectividad alimentaria, rechazo de alimentos e ingesta oral deficiente, a la par que problemas gastrointestinales. Los estudios hasta el momento no han dejado claro si la causa de los trastornos gastrointestinales precede a los problemas alimenticios o a la inversa; simplemente se reconoce que existe una evidente conexión y una propensión hasta cinco veces más que personas con desarrollo neurológico normal [8]. Por otro lado, entorno a un cuarto de las personas autistas presentan alergias alimentarias [7].


Factores que inciden en los problemas gastrointestinales

Aunque los síntomas gastrointestinales son comunes en la población autista, ninguna condición digestiva debe aceptarse simplemente como parte del autismo y debe de buscarse ayuda especializada para evitar consecuencias graves para la salud [5]. Ciertamente el diagnóstico y tratamiento de los problemas gastrointestinales en personas autistas puede ser un desafío y, a menudo, se beneficia de un enfoque multidisciplinario ya que muchas veces los profesionales de la salud que desconocen o pasan por alto la condición autista atienden los síntomas últimos y no atacan el problema de fondo.


Tratar las patologías del tubo digestivo y la disbiosis (desequilibrio en el conjunto de microorganismos del aparato digestivo) puede ayudar a controlar o eliminar trastornos alimentarios, gástricos, de sueño, neurológicos y psiquiátricos que en su conjunto afectan indudablemente la calidad de vida.



 
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IDEAS PARA NAVEGAR

La evaluación gastrointestinal y nutricional debería formar parte del protocolo de evaluación de una persona autista.

La ausencia de síntomas no significa ausencia de enfermedad.

Identificar el origen de cualquier conducta alterada.

Emplear un diario dietético para rastrear y visualizar las cantidades, frecuencia y tipo de alimentos que se consumen.


REFERENCIAS


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