La capacidad de seleccionar y concentrarse en los estímulos relevantes se denomina atención. Es un proceso mental no unitario, es decir, que se subdivide o fragmenta en diferentes tipos de atención. Para darle explicación a ello, los investigadores Sohlberg y Mateer [A] crearon un modelo jerárquico donde cada nivel requiere el correcto funcionamiento del nivel anterior asumiendo que cada componente es más complejo que el que le precede; siendo el estado de alerta o arousal el primordial y la atención dividida uno de los procesos más complejos.
| Tipo | Proceso atencional |
1 | Arousal | Activación general del organismo y nivel de alerta. |
2 | Focal | Enfocar la atención a un determinado estímulo. |
3 | Sostenida | Permanecer en una tarea un determinado tiempo. |
4 | Selectiva | Capacidad de seleccionar información relevante e inhibir distractores (internos y externos) |
5 | Alternante | Cambiar entre requerimientos cognitivos diferentes de manera eficiente, rápida y fluida. |
6 | Dividida | Distribución de recursos cognitivos para atender más de un proceso a la vez. |
La importancia que representan las funciones atencionales para las operaciones mentales de “nivel superior” han llamado la atención de los investigadores científicos porque se cree que se encuentran estrechamente relacionadas con las manifestaciones atípicas del autismo. Por un lado, se genera un patrón irregular de función y disfunción que se reflejan como una gama de habilidades y déficits en la atención por igual; por ejemplo, las habilidades de focalización pueden contribuir al desarrollo de los intereses restringidos y en cambio las deficiencias para inhibir estímulos no relevantes provocan una sobre estimulación. Pero hasta el momento, las anomalías atencionales no están consideradas un “déficit central” del Trastorno del Espectro Autista y sólo son un referente para explicar los problemas en las habilidades sociales, cognitivas y de lenguaje.
CARACTERÍSTICAS DE PROCESOS ATENCIONALES DEL CEREBRO AUTISTA
Atención selectiva:
Puede presentarse tanto una “sobre selectividad de estímulos” que permite atender un rango restringido de estímulos ambientales que conducen a una hiperfocalización como también puede presentarse un foco de atención anormalmente amplio, en que la atención se calificaría como “poco selectiva” que conduce a una sobreexcitación e hiperestimulación [2]. Dicha inconsistencia como manifestación autista parece explicarse por diferencias en el lóbulo parietal sea por ausencia o presencia de rasgos neuroanatómicas [3] y explica en parte las enigmáticas variabilidades del espectro autista.
En conjunto explican el desempeño superior en tareas de detección y discriminación características únicas y comunes [4], la menor vulnerabilidad ante distractores fuera del foco de atención y a la aparente falta de conciencia que algunos autistas parecen mostrar ante ciertos estímulos ambientales [5]. A la variabilidad de tipos de atención selectiva, se suma la naturaleza de los estímulos; así que, dependiendo del contexto, las personas con autismo pueden tener un foco de atención anormalmente estrecho o anormalmente amplio [3].
Atención sostenida:
Los experimentos para constatar deficiencias mantener la atención demostraron que la función está preservada en personas autistas, sin embargo, en ciertas actividades o tareas los autistas parecen incapaces de sostener la atención. Se descubrió [6] que la interacción anormal entre las regiones frontales y las regiones límbicas que median la respuesta a la recompensa provocan un desempeño atencional deficiente cuando el refuerzo de la actividad tiene una carácter social y no tangible, por ejemplo, unas palabras de aliento frente a un objeto de interés; indicando que el mantenimiento deficiente de la atención de debe a factores motivacionales y no funcionales.
Atención alternante:
En el autismo existe una dificultad para cambiar la atención cuando ya está realizando una actividad en particular [7] debido a las deficiencias para atender nuevas dimensiones de estímulo (sensorial, social, etc.) y prepararse para un nuevo propósito. Esto se debe a que el cerebelo en las personas autistas presenta alteraciones al proporcionar señales preparatorias a los sistemas neuronales necesarios para detectar y responder al siguiente objetivo. Cuando el cambio demanda rapidez, se reduce la ayuda preparatoria del cerebelo para hacer cambios atencionales pero otros sistemas continúan realizando las funciones prescritas, pero de forma subóptima en situaciones en que la predicción y la preparación suelen formar parte del rendimiento [3]. Siempre que la atención se mantiene en una modalidad, los autistas no presentan problemas en atender dos estímulos meta, aunque estos ocurran rápidamente en sucesión ni tampoco cuando se otorga más tiempo para cambiar la atención o no se demanda espontaneidad.
Aunque los autistas presentan una gama amplia y única en el desempeño de funciones atencionales, y pueden tener funciones mejoradas o déficits, en común se tiene un desempeño atípico cuando el estímulo y el refuerzo son de tipo social. Este fenómeno se correlaciona con errores en la atención compartida [8] y la atención social conjunta como factores del desarrollo social óptimo. Además, el conjunto de diferencias interfiere con la interpretación del entorno como un flujo continuo de información que en cambio se perciben como un resultado fragmentado del mundo que dificulta la comprensión de las relaciones causales y la interacción con otras personas [3].
Las particularidades de los procesos atencionales de la mente autista ha cobrado gran relevancia en el campo de la Psicología Cognitiva porque han servido de referencia para plantear múltiples teorías sobre el autismo, especialmente el Monotropismo y la teoría de la coherencia central débil. Además, los problemas de atención en algunos autistas intersectan con el trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH), una comorbilidad que se presenta en cerca de un tercio de la población autista.
Referencias
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