Hace poco más de un siglo que el autismo ha sido estudiado y en ese trayecto su concepción ha tenido modificaciones. Primero se creyó existía un solo tipo de autismo, el clásico; pero, gradualmente se fueron advirtiendo otras formas de similares al autismo que recibieron otro nombre y que se creía que respondían a un conjunto de criterios diagnósticos diferentes pero lo cierto es que había un solapamiento en las características (leer más en ¿Por qué hay tanta confusión con el término autismo?). Hasta que en los años 80 la investigadora Lorna Wing advirtió que este grupo de trastornos pertenecían al mismo abanico del autismo, a raíz de este hallazgo, ella propuso el concepto espectro para conceptualizar al autismo, es decir, que en el autismo existe un continuo y no separaciones diagnósticas.
Esto constituyó un hito en la comprensión del TEA porque bajo el concepto de espectro es más fácil asimilar la variedad tan amplia (heterogeneidad) de los autistas identificados. Al respecto, dentro de la comunidad autista se escucha decir que "si conoces a un autista, realmente solo conoces a un autista", para enfatizar la idea de que no hay un modelo de autista que permita comprender el total de universo del autismo que suele ser tan amplio y enigmático.
Mediante la analogía del espectro de color que se obtiene al pasar la luz por un prisma, se ha tratado de representar la variabilidad del autismo. Para algunas personas es fácil entenderlo de forma lineal; sin embargo, hay quienes argumentan que eso solo propicia una concepción de menor a mayor severidad. Otros proponen que esta gama debería representarse en algo similar a un aro o forma concéntrica donde no se identifique un principio o un fin. En cualquier caso, la idea central estriba en transmitir la enorme gama de representaciones dentro del espectro autista. Adicionalmente, el tema del espectro multicolor se aplicó a la forma del infinito y se ha asociado al TEA pero pertenece en realidad al movimiento de neurodiversidad (leer más en ¿Qué es neurodiversidad?).
Cada persona dentro del espectro autista manifiesta de forma única sus síntomas de los ejes del autismo: comunicación e interacción social y comportamientos repetitivos e intereses debido a variaciones diversas a nivel anatómico y fisiológico en el cerebro que no son exactamente igual de un autista a otro pero que a nivel general conducen a los mismas características psicosociales. Estas diferencias neurobiológicas, por un lado, son las que ocasionan la gran diversidad en el TEA pero también la presencia o ausencia de otros trastornos que acompañan al autismo y provocan que el autismo se perciba "más acentuado" en ciertos autistas (leer más en ¿Hay niveles o grados en el autismo?).
Los manuales de psiquiatría tratan de reflejar la evolución y avance del autismo para que las personas sean comprendidas y asistidas efectivamente (leer más en ¿Qué organismo define al TEA?). Debido a que el uso del concepto espectro es relativamente reciente (2013), aún se halla disponible mucha literatura científica en relación al autismo más conocido y al síndrome de asperger que contiene información valiosa que no debería desestimarse. Por otro lado, el cambio en la terminología ha impedido precisar las cifras de personas con autismo conforme al nivel de apoyo requerido y solo se tiene conocimiento general de la prevalencia (leer más en Disparidad entre países).
Por todas estas razones, muchos apuntan a que en el futuro se sigan dando cambios en los conceptos y criterios entorno al autismo. Lo importante radicará en otorgar la visibilidad al total del espectro autista.
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