En el pasado se tenían concebidos distintos diagnósticos para el autismo conforme a la presencia o ausencia de ciertas co-ocurrencias y signos. A grandes rasgos, se creía que el autismo se presentaba como un cuadro clínico de afectación profunda del funcionamiento social, deterioro lingüístico, discapacidad intelectual y cuya principal característica era la desconexión con su entorno. Esto constituyó la concepción tradicional del autismo que permea hasta nuestros días en la sociedad.
Posteriormente se identificaron casos que no cumplían con el total de criterios y se diferenció el autismo atípico; una variación del autismo que incluso se percibía con menor grado de afectación. Por último, se hallaron manifestaciones menos evidentes de autismo sin deterioro intelectual ni retraso en el lenguaje y se asignó el nombre de Síndrome de Asperger (leer más en Síndrome de Asperger).
Manual psiquiátrico hasta 2012 (DSM-IV) | Clasificación de la OMS hasta 2018 (CIE-10) | Sobrenombres | Niveles TEA |
Trastorno autista | Autismo infantil | Autismo severo, autismo clásico, autismo profundo, Síndrome de Kanner | 3 |
| Autismo atípico | Autismo moderado | 2 |
Trastorno de Rett | Síndrome de Rett | | |
Trastorno desintegrativo infantil | Trastorno desintegrativo de la infancia | | |
Trastorno de Asperger | Síndrome de Asperger | Autismo leve, autismo de alto funcionamiento | 1 |
La línea divisoria entre cuadros clínicos se difuminaba con facilidad una vez que se presentaba un cambio, al punto de que se necesitaba re-diagnosticar a la persona. En respuesta a los problemas de subjetividad y fluctuación de las manifestaciones autistas, la comunidad científica concluyó que aquello que antes se concebía como trastornos independientes, aunque sutilmente relacionados, deberían ser integrados bajo un mismo paraguas diagnóstico. Fue de esa manera que se incorporó el término espectro en el concepto del autismo (leer más en ¿Por qué es un espectro?).
Por esta razón la información que precedió al Trastorno del Espectro Autista ya no se considera actualizada debido a los términos que emplea, pero es un recurso valioso para comprender y adentrarse en las distintas características coincidentes que se agrupan y crean conjuntos dentro del espectro. Aunque esta perspectiva roza con la tendencia a categorizar y jerarquizar, también permite interpretar los datos disponibles de una forma más acotada una vez se recibe el diagnóstico, el cual afecta tanto positiva como negativamente las formas en que una persona o una familia conceptualiza el TEA(3).
La implementación del término espectro ha resultado benéfica para visibilizar la complejidad del autismo como un trastorno que se caracteriza por lo heterogéneo de signos y síntomas. Pero esta evolución del TEA ha estado desincronizada del proceso de desestigmatización, de lo que implica ser autista o encontrarse dentro del espectro, la determinación de un grado de discapacidad, así como en una identificación plena entre pares autistas.
Referencias