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Foto del escritorLiz Montejano Fluchaire

Desempleo, subempleo y autoempleo

La falta de empleo no es exclusiva del Trastorno del Espectro autista pero la realidad es que existen factores adicionales que agudizan enormemente esta situación para el colectivo dentro del espectro autista. Para las personas autistas, el aspecto social que demanda el mundo laboral se traduce en dificultades para buscar y mantener un empleo. Debido a los importantes retos que eso significa, las tasas de desempleo alcanzan el 38% para autistas del nivel 1 de apoyo y hasta el 80% para el total del espectro autista. Aunque se utilicen las tasas de desempleo más bajas, no deja de ser preocupante que la proporción sea 7 veces más que el promedio nacional [1].


Hasta el momento, las cifras de investigación no clarifican en qué proporción la tasa de desempleo se origina por elección o una decisión forzada por las circunstancias como la falta de inclusión laboral. Sin embrago, un análisis descriptivo [1] efectuado en 254 adultos con TEA permite señalar que no hallar un trabajo es una de las principales causas de desempleo, pero esto puede deberse a razones tan sencillos como no pasar la entrevista de trabajo pese a que existe capacidad y experiencia para desempeñar el empleo. 


Motivos de desempleo

Aunque se reconoce ampliamente al desempleo como un problema, no así al subempleo que se define como utilización ineficiente de las habilidades, calificaciones o experiencia de un trabajador o cuando este se ve imposibilitado de trabajar todas las horas que quisiera[2]. Entonces, aunque estadísticamente haya adultos autistas con trabajo, un alto porcentaje de ellos se posee trabajo que no permite una condición de vida satisfactoria.


A fin de mantenerse en el mundo laboral, muchos autistas recurren a trabajos parciales, mal remunerados o desacorde con sus habilidades. Esto puede suceder de forma involuntaria cuando no se consigue un trabajo acorde al perfil, o bien porque la persona está imposibilitada para trabajar todo el tiempo que quisiera; de cualquier forma, se considera subempleo.


En opinión de la reclutadora de personal de Auticon US, Luisa Piedra, comprender las causas del subempleo entre los adultos autistas es clave para romper el ciclo y crear entornos inclusivos que conduzcan al crecimiento profesional a largo plazo [3]. Las situaciones más comunes de desempleo son:

a.       La frecuencia con que se cambia de trabajo es una forma de subempleo cuando no responde a falta de aumento salarial sino a despidos o recorte de personal.

b.       La falta de apoyo en el entorno laboral, conduce al agotamiento crónico o a tener dificultades para trabajar con los miembros del equipo, lo que puede provocar la pérdida del empleo. 

c.       La falta de incremento salarial no programado por la empresa, deja a muchas personas atrapadas en un nivel salarial bajo a menos que asuman la tarea, a menudo desalentadora, de defenderse a sí mismas. 

d.       La remuneración salarial por debajo de la contribución del individuo a la empresa ocurre cuando la persona está sobrecalificada para el puesto o porque tiene una jornada laboral completa por la paga de una jornada parcial.

e.       La incapacidad del individuo para dedicar más tiempo al empleo a causa de situaciones de carácter médico o psicológico.


Músico profesional tocando en la calle

Ante la reiterada experiencia del subempleo, muchos autistas se abren paso en el mundo laboral por cuenta propia. Trabajar para sí mismo como comerciante, ejerciendo un oficio o creando un negocio son formas de autoempleo a las que recurren las personas en el espectro cuando las condiciones típicas de trabajo no son los suficientemente flexibles para obtener acomodaciones.


La propia trayectoria laboral demuestra a las personas autistas que un entorno ordinario de trabajo no puede ofrecer los ajustes necesarios para mantener una vida armónica; así que, la alternativa más viable se convierte el trabajo independiente cuyas formas más comunes son:


a.       Crear un negocio propio con o sin sociedad.

b.       Ofrecer bienes y servicios directamente.

c.       Pertenecer a un emprendimiento familiar.


Electricista

La demanda psicosocial que rebasa las habilidades para afrontar los retos de cada jornada laboral es una de las causas más comunes por las cuales se decide trabajar de forma autónoma a fin de asegurar una vida más equilibrada. El potencial profesional no se despliega por falta de preparación sino debido a factores sociales; esto suele deberse al conjunto de obstáculos que se crea como consecuencia de las dinámicas tradicionales de trabajo en que las competencias sociales se anteponen a la valía del individuo (leer más en “Socializar como reto laboral adicional”). Entonces, aunque un análisis de costo-beneficio demuestre que a veces el autoempleo implica sacrificar cierto nivel de ingresos, estatus o seguridad laboral, muchos autistas optan por esta solución para asegurar una vida equilibrada; sin embargo, mantenerse en un trabajo independiente requiere una alta dosis de disciplina y motivación.


No cabe duda de que el empleo es un medio clave en la inclusión social, esencial para afrontar la vida adulta con autonomía e independencia, y que resulta imprescindible para el disfrute efectivo de los derechos humanos y libertades fundamentales como la participación social y vida independiente [4].



REFERENCIAS


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