Con la finalidad de intercambiar datos y avances científicos fiables para combatir problemas sanitarios, los países se unieron para constituir una forma de gobernanza internacional de la salud basada cooperación entre naciones para proteger mejor la salud de su población, la cual hoy en día se llama Organización Mundial de la Salud (OMS). Este organismo especializado convoca a los principales expertos en salud de todo el mundo para confeccionar materiales de referencia sobre cuestiones de salud mundial y formular recomendaciones destinadas a mejorar la salud de todas las personas.
La OMS actúa de forma neutral ante cualquier descubrimiento y avance científico a fin de estandarizar la información de diagnóstico en el ámbito de la salud; y dicha recopilación se registra en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE). Esta clasificación abarca enfermedades físicas y mentales a las que se asigna un código, lo cual permite crear estadísticas que sirven de apoyo en la planificación de servicios y en la investigación.
El trastorno del Espectro Autista (código F84) se localiza en la sección de trastornos mentales, del comportamiento y del neurodesarrollo que afectan la cognición (forma de procesar la información a partir de la percepción y experiencia), la regulación emocional o el comportamiento de un individuo. En dicho apartado se especifica:
El trastorno del espectro autista se caracteriza por déficits persistentes en la capacidad de iniciar y sostener la interacción social recíproca y la comunicación social, y por un rango de patrones comportamentales e intereses restringidos, repetitivos e inflexibles (1).
Subdivisión CIE del TEA
Pese a que el CIE es un instrumento internacional, solo se utiliza como referencia para clasificar las enfermedades pero incluye los criterios diagnósticos. Para ese propósito, en el campo de la salud mental, se emplea el manual de diagnóstico y estadística de desórdenes mentales publicado por la Asociación Americana de Psiquiatría (DSM). Aunque es un manual emitido en Estados Unidos, hasta el momento es la obra más completa y actualizada sobre criterios diagnósticos de trastornos mentales y por ello ha tomado validez alrededor del mundo para la práctica psicológica.
A diferencia del CIE-11, el DSM-5 manual no ofrece una definición del TEA sino que directamente menciona los criterios de diagnóstico del autismo, donde se señala a la discapacidad intelectual en un segundo plano de importancia y centra sus criterios en alteraciones de carácter psicológico y de comportamiento. En la quinta edición del DSM lanzada en 2013 y revisada en 2022 (2) puede leerse 5 directrices de diagnóstico:
A. Déficits persistentes en la comunicación social y la interacción social en múltiples contextos.
B. Patrones restringidos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades.
C. Los síntomas deben estar presentes en el período de desarrollo temprano
D. Los síntomas causan un deterioro clínicamente significativo en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento actual.
E. El trastorno no se explica mejor por discapacidad intelectual aunque este puede co-ocurrir.
Los criterios A y B deben además se clasificados por el grado ayuda requerida:
Grado 3 “Necesita ayuda muy notable”
Grado 2 “Necesita ayuda notable”
Grado 1 “Necesita ayuda”
Diferencias entre DSM-5 y CIE-11
Cada documento apela a un constructo distinto del TEA. mientras que el DSM tiene como objetivo una descripción sistemática y precisa de los criterios diagnósticos y características propias de un trastorno, la CIE se orienta más a realizar un registro y análisis de las características presentes del trastorno.
El DSM-5 establece una clasificación por niveles conforme a las ayuda requerida y no al tipo de co-ocurrencias claramente identificables; de tal forma que el diagnóstico está sujeto a la interpretación particular del examinador. Esto ha provocado que personas dentro del espectro con características poco perceptibles sean fácilmente descartadas como autistas (para leer más en ¿Por qué hay tanta confusión con el término autismo?). Además la clasificación basada en el nivel de apoyo requerido se ha traducido directamente en el grado de asistencia social que responde directamente a la asignación de servicios y apoyos gubernamentales disponibles en los Estados Unidos. Esto permite advertir que a pesar de su influencia a nivel mundial, su uso debe de tener en cuenta el vínculo con políticas públicas que responden a la realidad de un país en específico.
La diferencia principal entre el CIE-11 y el DSM-5 es que el primero es un documento de clasificación médica de aplicación internacional, y el segundo es una herramienta diagnóstica psiquiátrica vinculado a la realidad de los Estados Unidos.
Referencias
muy interesante, me parece bien que se apeguen a la OMS