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Foto del escritorLiz Montejano Fluchaire

Compensación

Actualizado: 31 jul


Cuando se presenta una disminución de los síntomas en desórdenes del neurodesarrollo puede deberse a que han mejorado las funciones atípicas subyacentes de la cognición o función neuronal; pero otra posibilidad es que la aparente mejoría, a pesar de que los déficits son aún persistentes a nivel cognitivo y/o neurobiológico.


Este fenómeno ha sido estudiado en relación al TEA como compensación. Su planteamiento postula que algunas personas con trastornos del neurodesarrollo, como el TEA, pueden compensar sus dificultades cognitivas (p. ej., en la cognición social), utilizando rutas neuronales alternativas y estrategias psicológicas para demostrar un comportamiento neurotípico (p. ej., buenas habilidades sociales). Estos procesos pueden operar tanto a nivel consciente como subconsciente (1).


De esta forma la presentación del comportamiento de un individuo 'compensado' es mejor de lo que se esperaría en función de su perfil cognitivo subyacente. Esto quiere decir, que una persona que emplea el mecanismo de compensación y parece "estar bien" ante los demás, no necesariamente ha mejorado su condición; de hecho la manifestación tardía de la maduración empleando las habilidades subyacentes que eventualmente se vuelven neurotípicas, provoca que no se aproveche la ventana crítica de desarrollo propia de esa etapa. Por eso "pueden existir déficits subyacentes severos y persistentes, pero estos están enmascarados por la presencia de una cantidad sustancial de compensación" (2).


Livingston y Happé señalan que hay buenas razones para sospechar que los adultos autistas con 'buena valoración', que típicamente muestran buenas habilidades intelectuales y de lenguaje, continúan teniendo perfiles cognitivos característicos de autistas, a pesar de mostrar un "comportamiento [social] que se torna cada vez más normal"(3). Además hay evidencia de que el uso de la lógica y las habilidades verbales intactas facilitan el éxito en tareas de raciocinio, que ocultan las dificultades para comprender la mente de otras personas. Esto explicaría el motivo por el cual muchos autistas, reciben su diagnóstico hasta la edad adulta cuando las demandas sociales exceden la habilidad de compensación.


Ahora bien, la capacidad de compensación puede verse limitada por el propio déficit cognitivo; logrando solo una compensación superficial o una compensación profunda.


La compensación superficial, se refiere a estrategias que permiten navegar superficialmente en el mundo social (p. ej., hacer contacto visual deliberado, imitar a otros, inhibir comportamientos sociales indeseables). Estas estrategias suelen ser inflexibles y no funcionan del todo en situaciones nuevas o cuando las señales sociales son especialmente ambiguas; además ante una situación de estrés, ansiedad o fatiga mental no pueden ser empleadas correctamente.

"Lo siento como nadar con ropa de mezclilla. Al final llegas a la otra orilla pero completamente exhausto".

La compensación profunda no emplea las rutas neuronales típicas para el procesamiento de la información que para individuos con desarrollo neurotípico no suponen esfuerzo alguno, en cambio se utiliza vías alternas como la percepción centrada en los detalles y la memoria exacta para atribuir estados mentales y procesar datos de tipo social. Esta ruta alterna suele ser más lenta, aunque más flexible y menos frágil que la compensación superficial. Este nivel de compensación es más homogéneo ante escenarios cambiantes y permite la consecución exitosa de muchas tareas, pero ello no le resta un desafío constante a la persona autista (leer más en La ruta alterna de la mente autista).


Una consecuencia de la aplicación constante de medidas compensatorias, especialmente si resultan ineficientes, es el agotamiento crónico (leer más en agotamiento o burnout autista). Esto se debe a que a falta de un habilidades sociocogntivas eficientes, se utiliza en mayor medida un conjunto de habilidades cognitivas cuyo objetivo primordial no es el procesamiento de información social. Entonces estas áreas cerebrales, que también atienden las tareas para los cuales están diseñadas, se agotan rápidamente al ejecutar una doble función a causa del mecanismo de compensación.


"la mejoría en mis  síntomas autistas está  derivada de nada más que un trabajo extenuante, exigente y agotador"

Una desafortunada consecuencia del diagnóstico tardío a causa del mecanismo de compensación, es la alta incidencia de problemas de salud mental entre las personas 'compensadas'. El 53 % de las personas que acudían para un primer diagnóstico en la edad adulta y recibían un diagnóstico de TEA habían tenido contacto previo con una clínica de salud mental y presentaban altos niveles de síntomas de depresión y ansiedad(5). Adicionalmente, una prevalencia del 66% de ideación suicida se presenta entre las personas que asisten a una clínica de TEA para adultos(6).


Una forma de evitar el agotamiento crónico y problemas de salud mental adicionales es la modulación del entorno, sea por el uso de ayudas externas o andamiaje ambiental o bien por acomodación ambiental o selección de entornos y actividades acordes a las capacidades particulares del individuo.


Referencias


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