Existe una percepción generalizada del aumento de casos de autismo alrededor del mundo; pero lo cierto es que no hay más personas en el mundo con TEA, pero si más casos identificados.
La prevalencia o proporción de individuos de una población que presentan una característica, permite identificar la frecuencia con que se presenta un evento. Según los datos más recientes y avalados por la OMS(1), en el caso del Trastorno del Espectro Autista esta frecuencia se estima en al menos en un 1%; es decir, en un grupo de 100 personas es posible hallar a una persona autista. Sin embargo, otros estudios alrededor del mundo indican que esta frecuencia es mayor; por ejemplo, Estados Unidos reportó una prevalencia de 1 autista por cada 36 personas (3).
Hasta el año 2000 se consideraba que había una persona autista por cada 150 personas, pero en dos décadas esta cifra se ha triplicado(3). Comúnmente los datos de estudios de prevalencia se basan en niños, pero es de esperarse que esos se conviertan en adultos, y que tengan un conjunto diferente de desafíos, deseos y necesidades. Basado en ello, gradualmente ha cambiado la concepción y diagnóstico del TEA, especialmente desde el cambio de criterios diagnósticos en el año 2013 cuando se integró el concepto de espectro (leer más en El autismo antes de ser espectro). Por tanto, la ampliación de los límites de diagnóstico probablemente explica parte del aumento en la prevalencia medida a lo largo del tiempo.
También el incremento de la prevalencia se debe a la mejora de los procedimientos de diagnósticos entre los profesionales, al mayor acceso a la información y a una gradual desestigmatización de los temas de salud mental y la discapacidad. Además, el número de casos se ha disparado porque los casos con señales leves o inadvertidas están siendo contabilizados y también se han diferenciado trastornos psiquiátricos cuyos síntomas similares se sobreponían al autismo. Estos casos suelen provenir de mujeres, de adultos y otros grupos fuera de la concepción arraigada de niños caucásicos que solía ser el estándar para las investigaciones a nivel internacional. Antes, se solía considerar una mujer autista por cada 4 hombres diagnosticados con TEA; pero hay estudios que apuntan que esta proporción es de uno a tres (5).
Se cree que, con el aumento continuo de la conciencia sobre el autismo, la población subdiagnosticada desaparecerá gradualmente (6) y en el futuro el número de adultos diagnosticados será tan frecuente como el de niños. Aunque hoy en día se estima que un 2.21% de la población adulta se encuentra en el espectro autista (7), contra una estimación 2.8% en población infantil estadounidense (8), en un futuro habrá menor disparidad una vez que se haya avanzado más en el estudio del autismo, diagnóstico e intervención en adultos (leer más en Prevalencia: disparidad entre países).
Referencias
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