El bullying o acoso se define comúnmente como una acción negativa repetitiva e intencional que causa o intenta causar miedo, incomodidad o daño a otra persona; puede ser físico, verbal, social o psicológico[1]. Se asocia a un desequilibrio de poder y estatus entre el acosador y la víctima la cual suele ser seleccionada por la poca probabilidad de que se defienda a sí misma. Tal es el caso del 46% personas en el espectro autista que han atravesado este tipo de situaciones, en contraste con el 2% de la población en general[2].
La población autista es altamente susceptible de sufrir acoso escolar debido a los desafíos en la comprensión de las señales de comunicación social y a las dificultades en la formación y el mantenimiento de relaciones interpersonales[2]. Pero entre ese conjunto de retos, destacan cinco aspectos relacionados con las habilidades sociales y grupales que agudizan el acoso escolar hacia autistas:
1.AISLAMIENTO SOCIAL Y SOLEDAD
Los autistas experimentan más soledad, no por su voluntad de estar solos, sino más bien debido a sus habilidades sociales limitadas [3] que además es alimentada por la evitación sensorial, las experiencias negativas previas, la indefensión aprendida, la ansiedad, la depresión y el camuflaje de los rasgos autistas [2]. Entonces, como un círculo vicioso, la falta de amigos prohíbe las posibilidades de practicar habilidades sociales, y con habilidades sociales limitadas es difícil conseguir amigos cercanos. La falta de una red social deja desprotegida a la persona en términos de jerarquía social y ello propicia el acoso. (leer más en soledad y asilamiento social)
2.HABILIDADES DE COOPERACIÓN
La cooperación consiste en relacionarse de acuerdo con las reglas, mismas que se flexibilizan de acuerdo a la ocasión. Ya que el autismo tiene asociado una dificultad para adaptarse al cambio las personas autistas tienen una insistencia natural hacia la uniformidad; así que el hecho de que cada situación demande una adaptación puede causar una profunda incertidumbre que deriva en conductas percibidas como desadaptativas y rechazadas por otros.
3.TORPEZA MOTORA
Las habilidades motoras gruesas deficientes en algunos autistas incrementa el riesgo de ser acosado. A ello se suma una sincronización deficiente, movimientos y respuestas mal integrados pueden llevar a desviaciones apenas notables en gestos y expresiones faciales, que pueden percibirse como "extrañas" y conducir a la victimización y al rechazo de los compañeros [2]. Adicionalmente, la forma poco convencional en que se aproximan a las personas también causa interferencia en la interacción social [4].
4. COMUNICACIÓN
Durante el intercambio comunicativo resulta complicado para las personas autistas ajustarse al contexto, mantenerse en el tema y proporcionar información relevante en la conversación [5]. Además, los déficits en la entonación, el vocabulario empleado, el tono de voz, el contacto visual, la expresividad facial, la gesticulación y el lenguaje corporal desempeñan un papel crucial en la comunicación fallida.
5.FALTA DE SENTIDO COMÚN
Las normas suelen ser reglas no escritas ni habladas que se aprenden intuitivamente observando y escuchando. El comportamiento que difiere de la norma, se considera como falta de sentido común. Para las personas autistas es muy desafiante una situación social, porque ello demanda una pronta adaptación que depende de la inferencia y lectura de normas que se transforman constantemente de acuerdo a cada contexto. Esto puede impedir resolver problemas cotidianos y aprender cómo funcionan las cosas, ignorar reglas no escritas y actuar de una manera que se considera peculiar. [2]
En general, la falta de sintonía con la situación social pone en la mira a la persona para acosos potenciales. Ante ello, puede crearse un rechazo generalizado hacia la persona, aunque también la persona por sí misma opta por un retiro voluntario a fin de evitar situaciones donde se encuentre vulnerable y sea acosado. En todo caso, el alto índice de vulnerabilidad social impacta el bienestar, con efectos negativos de largo alcance en la víctima, predisponiendo a síntomas psiquiátricos como depresión, trastorno de pánico y ansiedad, e incluso sentimientos y comportamientos suicidas en la adultez temprana de la víctima [2].
IDEAS PARA NAVEGAR |
Practicar habilidades sociales, especialmente sobre teoría de la mente disminuye la victimización [2]. |
Los maestros tienen un papel importante en la reducción del acoso escolar entre los alumnos autistas [2]. |
Si un maestro no reconoce los rasgos del TEA, a menudo no reconocerá el acoso y también puede acosar sin saberlo a un alumno al malinterpretar diferentes |
REFERENCIAS
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